GULAH TRAE A MADRID EN PRIMICIA LOS PO’BOYS DE NUEVA ORLEANS
Burgers, perritos, sándwiches, bocatas, durums, burritos, wraps… ya habíamos probado casi todo lo que se puede meter entre panes en Madrid, pero nos faltaba el auténtico sabor de Nueva Orleans, y ya está aquí, en pleno Arturo Soria.
¡Bienvenidos, Po’Boys!

- El encargado de importar esta idea a la capital española ha sido Jesús González Espartero, que tras una visita reveladora a la ciudad del jazz y la santería, quiso acercar a todos ese pedacito de su sabrosa cultura callejera y rellenarlo con ingredientes de aquí
Cada vez nos gusta más eso de
comer con las manos y
disfrutar del placer de mancharse sin vergüenza porque el o la de
enfrente está igual que tú… El
finger food nunca ha sido para
eventos de postín, sino para el día a día,
para ti y para mí, para la
gente corriente que busca
comer rico, a buen precio, y disfrutar de un mejor rato entre amigos sin necesidad de
etiquetas. Porque todos tenemos ese
mood al menos un día a la semana. O dos... Y sí, existen
muchas opciones en el abanico madrileño para
saciarlo, pero hay una
recién llegada -inédita, sí- que nadie
había traído hasta el momento a la ciudad,
¡los Po’Boys!, que ya se pueden
descubrir en Gulah (Arturo Soria, 198.
Madrid.
https://gulahpoboys.com/).

Gulah acaba de
abrir sus puertas en
Arturo Soria con López de Hoyos
y lo hace
lleno de sabor sin filtros, diseño con actitud y
música que resuena para acompañar a un
concepto traído directamente desde Nueva Orleans de la mano de
Jesús González Espartero. Los
Po’Boys son el
emblema callejero de la ciudad del jazz y la
magia negra. Una
receta servida entre un exclusivo pan alargado -a caballo entre un
brioche y baguette francesa; de hecho, el que sirven se lo
hacen específicamente para ellos- cuyo
nombre viene de ‘poor boy’, porque era el
bocado que se podían permitir los chavales sin recursos. La idea de ser
asequible para todos
se mantiene -se puede comer por menos de 20 €-, pero los rellenos tienen una vuelta de tuerca más local. Las
deliciosas combinaciones de sus -por ahora- 10 recetas, están hechas con
ingredientes de aquí y
algunos toques muy castizos,
repletas de salsas caseras y
sabores sorprendentes. En
Gulah cada
bocado es una explosión sin filtros, una
combinación atrevida, porque
no hay medias tintas…

Chicken Run, Po' boy de pollo frito con coleslaw y mayo picante
Para quienes les van las
emociones fuertes están el
Chicken Run (Po’Boy de pollo frito con coleslaw y mayo picante), el
Voodoo Veggie, una
opción vegetariana -y hot- de
seta ostra crujiente, lechuga, tomate y salsa remoulade, y
entrantes como los Chili cheese
bites (jalapeños rellenos de cheddar) o las
Alitas del infierno, tan
irresistiblemente tentadoras que podría
haberlas hecho el mismísimo diablo… Pero no,
aquí todo es casero -incluso los
nachos-, hecho con
ingredientes de primera,
mucho ingenio y
pensando en grandes, jóvenes y pequeños. ¿A quién
no le puede gustar un pan tierno y sabroso envolviendo
unos
huevos rotos con chistorra y patatas fritas (como en el
Eggs & Glory), un
cangrejo estilo New Orleans con
salsa dijonesa (Mr Pinzas) o el
castizo Chulapoh Boy, de
calamares fritos y
mayonesa de lima?

Alitas del infierno

Chulapoh Boy y Toroloco
Entre sus
bocados estrella
está también el
Toroloco -con
rabo de toro guisado durante 24 h, guacamole y cebolla encurtida-; el
Jazz Balls (que encantaría a
Joey Tribbiani), con
albóndigas de la nonna con salsa de tomate casera y queso de mozzarella;
The Slow Burn, que es un
Po’boy de costilla de ternera cocinada a baja temperatura y bañada en salsa bbq acompañado de puré de palomitas; y el Lomo King, que
emula al pepito de toda la vida, pero en
modo ‘canalla’.
También
entre panes, pero estos en
mini brioche, hay opciones como el Smoky Salmón o el Philly Cheese Steak, otra de las
recetas más emblemáticas de la costa este de los Estados Unidos. Y
para compartir -o no- ensaladas como la
imprescindible César, a la que llaman Brutus’ Choice; y una
docena de entrantes para no dejar de chuparse los dedos:
tres tipos de alitas -unas
extra crujientes, otras con
salsa bbq-PX, y las
picantonas del infierno-;
jalapeños rellenos de queso cheddar -los
Chili Cheese Bites-;
aros de cebolla a la cerveza; los
divertidos Chicken Churros, que son
churros y fingers de pollo sobre salsa de queso de cabra y sirope de arce; otras tres opciones de patatas, entre las que no falta una versión muy americana, otra muy
española, y la
fusión, las
Patachorras -con
queso cheddar y tierra de chistorra-; y el
Mac and Cheese Gulah.
Cierran la carta un
Brownie con mantequilla tostada, la
versión ‘Funky’ del banana split, y
tartas variadas.
¡Placeres para satisfacer todos los paladares!

Terraza de Gulah
Gulah (https://gulahpoboys.com/) es un
restaurante informal, pero con una estética cuidada al milímetro. Creado por
Néstor Marcos Architecture, tiene un
diseño clásico que
traslada al barrio francés de Nueva Orleans con detalles de vegetación como los de los
edificios coloniales,
toques industriales, geométricos,
rebeldes y con el
atrevimiento del uso del color como
contrapunto. Una enorme barra capta las miradas nada más entrar, y también hay
mesas altas y
bajas de madera con
pie de hierro y
cómodas sillas naranjas y azules en el interior, zonas de
paredes de ladrillo visto,
televisión para disfrutar de eventos deportivos, y unas
amplias cristaleras que dan luminosidad al local y permiten ver la siempre
animada terraza. El
aforo total es de
90 personas (45 dentro,
45 fuera), se
aceptan mascotas tanto en barra como en la
zona exterior; y el horario es ininterrumpido
de
13:00 a 00:00 h de
lunes a domingo. A
mediodía entre semana tienen el
Menú Po’Boy, que por
12’50 € incluye
uno de sus bocados estrella y una
bebida; y el
ticket medio es de unos
20 €. La
mayoría de su carta se puede
pedir a domicilio a través de
Glovo.
Fuente:
AIRES NEWS Comunicación
https://gulahpoboys.com/




